El venezolano Ilich Ramírez Sánchez, estigmatizado por la prensa
occidental como ‘Carlos, el chacal’, quien se encuentra secuestrado
por el gobierno de Francia que lo acusa de terrorismo, fue sancionado a
permanecer en una celda de aislamiento a raíz de una entrevista que
concedió a una radio francesa, denunció el miércoles su abogada Isabelle
Coutan Peyre.
Ilich está encarcelado en la cárcel de la Santé de París, tras ser
secuestrado en Sudán cuando se encontraba bajo los efectos de una
anestesia que se le aplicó por razones médicas. Debe ser juzgado
nuevamente del 7 de noviembre al 16 de diciembre para enfrentar cargos
que le imputa el gobierno francés tras los atentados cometidos en ese
país en los años 1982 y 1983.
Según su abogada, la Administración Penitenciaria indicó en
un documento que el detenido fue sancionado por “utilización no conforme
de los medios de comunicación con el exterior” puestos a su
disposición.
“A fin de evitar cualquier reiteración de ese tipo de infracción al
reglamento e, igualmente, cualquier perturbación del orden en el
establecimiento (…) se consideró necesario trasladarlo en una celda de
aislamiento”, dice el documento de la Administración Penitenciaria.
Según la abogada la medida se aplica desde el miércoles, mientras que
la administración declaró a los medios que la medida todavía no ha sido
totalmente aprobada.
La entrevista
Ilich Ramírez reivindicó el martes su “espíritu combativo” desde una cárcel parisina y
dijo que si sale irá “a rezar a la tumba de Bolívar”.
“La primera cosa que haré si salgo por la gracia de Dios y de
chanchullos entre Francia y Venezuela, voy a empezar con la luna de
miel que hace años que espera, e iré a rezar ante la tumba del
libertador Simón Bolívar en el panteón nacional de Caracas”, afirmó
“Carlos” a la radio Europe 1 desde la cárcel parisina de La Santé donde
aguarda el inicio de un juicio el 7 de noviembre próximo por cuatro
atentados cometidos en Francia en los años 80.
Desde hace tres semanas y en previsión del juicio, Ilich Ramírez
Sánchez está alojado en la cárcel parisina de La Santé, donde desde
abril de 2010 está también el exdictador panameño Manuel Antonio
Noriega, de 78 años, condenado en Francia a siete años de cárcel por
blanqueo de dinero del narcotráfico.
Sin embargo se quejó de que “desde hace una semana no nos dejan
hablar y le pedimos a la directora de la cárcel que nos ponga en el
mismo grupo para poder conversar”, explicó.
Denunció que su detención en Sudán fue un secuestro, d
emandó ante la Corte de Justicia de la República (CJR) al exministro francés del Interior, Charles Pasqua.
“Estoy en un estado de espíritu combativo para denunciar la
ilegalidad de mi permanencia en Francia (…) El señor Pasqua reivindicó
mi secuestro y como ya no es senador tendrá que responder ante la
justicia”, afirmó Ilich.
Según el escrito de su abogada – Isabelle Coutant Peyre-,
Pasqua “reivindicó públicamente haber dado la orden para secuestrarlo en Jartúm” en un programa de televisión en 2007.
¿Alguna vez piensa que es un milagro que esté vivo?
“Fui criado ateo y realmente es un milagro que esté con vida (…)
Tengo el récord de operaciones ejecutadas por un resistente palestino”,
explicó “Carlos” que entonces estaba al servicio del Frente para la
Liberación de Palestina (FPLP, Georges Habache)
Admitió que “varias veces” intentaron matarlo. “No es difícil matar a alguien” -agregó- pero “
contrariamente a nosotros ellos no tienen miedo en sacrificar. Para matar a una persona están dispuestos a matar a 1.000″, aseguró.
Ilich consideró que la invasión de Francia en Libia para expulsar
del poder al dirigente Muamar Gadafi “es una traición a la política
exterior francesa” pues
“Francia se convirtió en marioneta de Estados Unidos”.
Elogió en cambio el papel de Gadafi en Libia que era “un conglomerado
de tribus” donde “dio el nivel de vida más elevado al pueblo libio que
todos los países arabo-musulmanes”.
Gadafi “no es un hombre perfecto. Yo tampoco soy un hombre perfecto”, sentenció.
Interrogado sobre la película “Carlos, el terrorista que hizo temblar
al mundo” del francés Olivier Assayas, Ilich Ramírez, volvió a
calificarla de “manipulación grosera” sobre un grupo de histéricos
psicópatas cocainómanos y alcohólicos y tras afirmar que “nunca toque la
droga” dijo que el filme, del que tiene el DVD, “me divierte por sus
imbecilidades”.
¿”Todos estos años en la cárcel valieron la pena?
“Sacrifiqué la vida de familia. No pude criar a mis hijos, solamente a
la más chiquita hasta los cinco o seis años. Fui un marido ausente la
gran parte del tiempo. Lo lamento, pero es el precio a pagar”, concluyó.
Ilich, héroe lejos de su Patria
Ilich Ramírez Sánchez nació en Caracas el 12 de octubre de 1949. De
su padre, convencido y consecuente Marxista-Leninista, obtiene su
formación ideológica y la fuente de inspiración para su futura vida de
combatiente internacionalista. Sus dos hermanos menores, Lenín y
Vladimir, también nacieron en Caracas, en 1951 y en 1958,
respectivamente. Obtuvo una beca otorgada por el PCV para cursar
estudios en Moscú.
En julio de 1970 Ilich viajó al Medio oriente para incorporarse a la lucha armada del pueblo palestino.
Estando en un campamento de formación de combatientes del Frente
Popular para la Liberación de palestina (FPLP) en Jordania, presenció
los terribles acontecimientos del “Septiembre Negro”, desatado por el
régimen jordano contra los palestinos refugiados en su territorio, ese
mismo año.
Su mentor en dicha organización, Wadih Haddad, le
confiere como seudónimo de combate el nombre “Carlos”, por ser un nombre
hispano proveniente del árabe “Khalil”. Ilich es un héroe del pueblo
Palestino y los venezolanos poco conocen de su trascendencia.
En febrero de 1971 Ilich vuelve a Londres a emprender acciones de
inteligencia para el FPLP. En octubre de 1974, se mudó a París,
Francia. Su familia viajó de vuelta a Venezuela en febrero de 1975. El
27 de junio de 1975, estando en una fiesta con otros venezolanos en un
apartamento tipo estudio del edificio Nº 9 de la Rue Toullier, ubicado
en el Barrio Latino de París, tres agentes policiales franceses y un
delator libanés a su servicio, Michel Moukharbal, se presentaron
preguntando por él. Luego de un intercambio de palabras y acusaciones
del delator libanés, se produce una balacera, tras la cual mueren dos
agentes policiales y el delator Moukharbal, el tercer agente policial
yace gravemente herido. Ilich desaparece del sitio ileso.
La mañana del 21 de diciembre de 1976, y al frente de un comando
multinacional de combatientes, Ilich dirige el asalto a la sede de la
OPEP en Viena, Austria, tomando 62 rehenes, entre ellos a los Ministros
de los países miembros de dicha organización, a su personal de apoyo,
guardias custodias y al personal administrativo y de seguridad de la
OPEP.
El asalto tuvo el propósito de llamar la atención del
mundo a la situación de la Causa Palestina, denunciar su opresión por
los gobiernos de Israel y Estados Unidos, así como la actitud cómplice
con dichos opresores de los gobiernos de Arabia Saudita, Emiratos Arabes
Unidos, Qatar e Irán (bajo el régimen del Sha Reza Pahlevi).
Tras enfrentamientos que dejaron un saldo de tres muertos, el 22 de
diciembre de 1976 partieron en vuelo desde Viena hacia Argelia, el
comando palestino y sus 42 rehenes. Finalmente el 24 de diciembre, tras
un periplo por varios países del Magreb, y de vuelta en Argelia, el
comando – habiendo logrado exitosamente su cometido – c
esó su operativo, liberó a todos los rehenes y desapareció para reincorporarse a la lucha por la causa Palestina.
A partir de la exitosa y notoria acción de Viena, se los medios de
comunicación pro-occidentales dieron rienda suelta al mito de Ilich –
mal llamado “El Chacal” por las corporaciones mediáticas
proimperialistas para descalificar su accionar – atribuyéndosele la
autoría de numerosas acciones armadas a favor de la Causa Palestina,
entre ellas el fallido secuestro, en julio de 1976, de un avión de Air
France y su desvío a Entebbe, Uganda, acción que resultó frustrada por
un asalto armado de comandos israelíes para liberar a los rehenes.
Ilich en efecto NO participó en esta operación.
A partir de 1977, Ilich y sus colaboradores multinacionales
participaron activa e intensamente en la guerra entre oriente y
occidente, árabes y sionistas, oprimidos y opresores, teniendo como
escenarios de lucha Europa y el Medio Oriente, y como principales
enemigos a los servicios de inteligencia de Israel, Estados Unidos y de
sus aliados. A partir de 1990, luego de la desintegración de la Unión
Soviética y de sus aliados en Europa, Ilich restringe su accionar al
Medio Oriente, en dónde la continua presión de los Estados Unidos, sus
aliados en Europa, e Israel sobre los anteriores gobiernos aliados de
Ilich, van cerrándole los espacios para su accionar.
A finales de 1993 Ilich llega a Sudán, donde le ofrecen refugio y
apoyo en tiempos difíciles. Sin embargo la presión de occidente sobre
dicho régimen surtió efecto, llegando a un acuerdo el gobierno del Sudán
con las fuerzas imperialistas para entregar a Ilich a cambio de un
trato de mayor consideración hacia Sudán así como información y recursos
materiales para acabar con la insurgencia cristiana que libraba una
sangrienta lucha contra el régimen islámico al sur de Sudán,
De esta manera, e
l 15 de agosto de 1994, mientras se
recuperaba de una operación que se la había practicado por varicocele,
Ilich fue sometido por los mismos guardias sudaneses asignados a su
protección, fue narcotizado por un médico sudanés, y llevado esposado y
encapuchado a un aeropuerto de la capital sudanesa, Jartúm, donde fue
entregado a agentes de seguridad franceses a bordo de un jet ejecutivo.
A las pocas horas, y ya en territorio francés, en la base aérea de
Villacoublay, se le hizo entrega de una orden de captura nacional (sólo
válida para personas detenidas en dicho territorio), para luego ser
internado en las cárceles francesas. Estos hechos fueron reconocidos
públicamente por las autoridades francesas del momento, responsables de
dicha acción. Siendo que ilich fue trasladado a la fuerza desde Sudán
hasta Francia, sin que se cumpliera un proceso de extradición requerido
en casos similares, es que se habla del SECUESTRO de Ilich por el Estado
francés, lo cual INVALIDA el proceso judicial que se le ha seguido
desde entonces y hasta la fecha en Francia, y por ende obliga a su
inmediata liberación y consiguiente repatriación a Venezuela, su país de
origen y garante de sus más elementales derechos humanos.
Es necesario denunciar que durante su encierro padecido en dichas cárceles
Ilich ha sufrido torturas físicas, agresiones e intentos de asesinato – por otros presos, bajo influencia de las autoridades penitenciarias francesas
– torturas psicológicas – aislamiento total durante casi 10 años y privación prolongada de sueño –
así como otras situaciones vejatorias y violatorias de su condición de
prisionero, establecidas y reconocidas por Convenciones Internacionales,
de las cuales son signatarias tanto Francia como Venezuela.
En diciembre de 1997 Ilich fue condenado a cadena perpetua por las
muertes de 2 agentes policiales franceses y un delator libanés,
ocurridas en Julio de 1975 en la Rue Toullier, en París, juicio llevado a
cabo ante la Corte de Assis parisina, de origen napoleónico y l
a
cual le condenara sin que existieran pruebas concluyentes en su contra,
ni declaraciones de testigos presenciales de los hechos.
Además se le siguen desde hace doce años 5 causas más: Atentado con
granada en local “Le Drugstore” de París el 15 de septiembre de 1974;
Explosión de bomba en el tren de alta velocidad “Le Capitole” que
viajaba de París a Tolosa, el 29 de marzo de 1982; Explosión de
coche-bomba en la Rue Marbeuf de París, el 22 de abril de 1982;
Explosión de bomba en el tren de alta velocidad que viajaba de Marsella a
París, a la altura de la población de Tain L’Hermitage, el 31 de
Diciembre de 1983; Explosión de bomba en el tren de alta velocidad que
viajaba de París a Marsella, ocurrida en la estación ferroviaria de Gare
Saint-Charles en Marsella, el mismo 31 de Diciembre de 1983.
Es necesario aclarar que el sistema judicial francés ha sido incapaz
de demostrar la responsabilidad de Ilich en ningún atentado.
Fuente: Patria Grande